Como corredores vivimos en un ciclo constante de destrucción y adaptación. En distintos momentos forzamos nuestro cuerpo hasta el límite de sus capacidades, para después esperar a que se recupere y se vuelve cada vez más fuerte y rápido. En resumen, eso es entrenar.
Mientras que existe una vasta documentación acerca de nuestro sistema corporal, en la oficina de la familia Eugene, el físico práctico y acupunturista Tomm Etges, asegura que el proceso básico de entrenamiento es bastante sencillo. En nuestro entrenamiento nos forzamos para recorrer más distancia o a más velocidad, hasta que deje de ser cómodo. Con ello agotamos nuestra fuente de combustible, causando microdesgarros en el tejido muscular. Estimulado por el “daño”, el cuerpo entra en un “estado de furia” que se va adaptando paulatinamente a esta condición. La respuesta biológica es que a través de las venas se entreguen glóbulos blancos para reparar los microdesgarros.
Esto no implica que durante el entrenamiento nos convirtamos en mejores atletas, sino que es en el tiempo entremedio. No tomar descansos suficientes no sólo limitará nuestro avance, también puede implicar un espiral de diversos tipos. Lauren Fleshman, quien posee el título de 2007 (Estados Unidos) en 5.000 metros, señala: “Varias veces me ocurrió que me ponía impaciente y dejaba de lado la parte de la recuperación, y siempre terminaba con alguna lesión”.
Recuperación en la carrera
Los primeros pasos para recuperarte bien, se deben tomar durante la carrera. Ponerte los límites necesarios para que no termines con lesiones, te ayudarán a que estés preparado para la próxima maratón. Fleshman nos dice: “Me tomo entre 4 a 5 minutos para tener un ritmo constante durante el trayecto”.
Ian Dobson, atleta olímpico en el 2008, concibe cada una de sus carreras como etapas estrés y de recuperación. “Alterno entre una pista con altura para recuperarme del tedio de una plana, y viceversa. Los terrenos diferentes, junto con sus intensidades, trabajan distinto para el cuerpo y músculos. La mayoría de las lesiones ocurren por la repetición y el sobreuso. Por lo mismo, trato de incorporar lo más que pueda la variedad de terrenos”.
Agua, agua en todas partes
Después de dos horas de terminada la carrera, el metabolismo de tu cuerpo se volverá más lento, pero el proceso de recuperación continuará. En este tiempo lo más importante es la hidratación.
Whittaker dice: “Todo el mundo se aburre de escuchar siempre lo mismo. Sí, ya he escuchado lo del agua, pero díganme algo que no sepa”. No obstante, tus músculos están hechos para ser “bañados” en agua. No debería existir resistencia en sus movimientos. El quiropráctico continua: “La deshidratación es la llave que desencadena que los músculos se adhieran entre sí. Al no estar lubricados el movimiento, que no debiera tener esfuerzo alguno, se convierte en una lucha. Los músculos tiene que ser elásticos y maleables”.
Técnicas para cualquier momento
En toda ocasión puedes usar técnicas para recuperarte y descansar.
La atleta Fleshman dice: “Cuando estaba en el colegio y me encontraba muy ocupada, me aseguraba de encontrar 15-30 minutos al día para cerrar los ojos y relajarme. Por otra parte Whittaker: “Ves personas estresadas desde los hombros hasta las orejas. Esa clase de contracciones pasa por todo el cuerpo. Es un estrés emocional que se manifiesta de forma física”. Si tus músculos están apretados, y no se recuperan, tómate un tiempo para relajarte”.
La medallista olímpica de bronce en 10.000 metros, Shalane Flanagan recalca: “Para mí la hidroterapia es algo que tengo que hacer. Durante los entrenamientos más pesados sólo alcanzo a ir una vez a la semana, pero es lo necesario para sentirme aliviada”. Si no tienes tiempo para ir a la piscina, tómate un baño frío. Lo que también puedes hacer recuperarte es poner agua fría en tus piernas.
Rudimentos de recuperación
Shalane Falange tiene como método el que no se enfríen los músculos después de una competencia. Puesto que si dejas que pase esto, tu cuerpo perderá la actividad metabólica. Mantenlos tibios y relajados hasta que encuentres el momento para estirarlos y elongar.
Por su parte, Whittaker recomienda recargar con bebidas. “Toma en consideración que contengan sodio, calcio, 250 mg de magnesio, 50 mg de zinc y unos 100 mg de potasio. Lee las etiquetas , ya que no todas estas bebidas contienen estas proteínas y electrolitos”.
No reviente las píldoras
Tom Etges, acupunturista, nos dice: “No existe nada malo con la inflamación. ¡Sí, leyeron bien! El cuerpo es mucho más inteligente y elegante de lo que creemos, y con el tiempo reparará el daño, siempre y cuando lo dejes. ¡Deja de lado el ibuprofeno!”. Etges explica: “Existe una creciente preocupación dentro de la comunidad médica sobre el abuso de los antiinflamatorios y lo que pueden causar, con el tiempo, en el proceso de recuperación normal del cuerpo. Asimismo puede provocar una falsa sensación de alivio, por lo que puede incidir en forzar tu organismo antes de que este se encuentre efectivamente recuperado”.
En vez de forzarlo a la desinflamación, toma harta agua, recuéstate y eleva tus piernas por un par de minutos. También puedes tomar un baño frío y consumir alimentos que sean antiinflamatorios. Los granos, la palta y nueces, los porotos, y peces silvestres promueven el elemento de antiinflamatorio que necesita tu cuerpo.