La mayoría de las personas piensan en meditar como la rutina en la cual una persona se sienta en determinada posición y comienza a enfocarse en su interior. Eso no es más que el estereotipo que todos tenemos fijado, pero lo cierto es que la meditación va mucho más allá de ello.
En efecto, es algo que no requiere poses o actividades particulares, sino enfoque: concentración con el objetivo de vaciar tu mente y reducir la ansiedad, suprimiendo en el camino cualquier distracción, por lo que puede aplicarse a cualquier cosa. Y nosotros, estoy seguro, lo hemos hecho ya sin saberlo.
¿Es en serio? Pues sí, y te daremos unos ejemplos: puedes hacer memoria y recordar aquel día en el trabajo en que todas tus asignaciones salieron de maravilla, simplemente porque te entregaste a ellas y las tareas se dieron una tras otra; o aquella vez en la cocina en que los platillos quedaron perfectos y los hiciste fluidamente, sin ningún tipo de contratiempos…
Esas ocasiones (por sólo mencionar algunas) en las que tu concentración y resultados se dieron al máximo, estabas meditando sin saberlo. Por ende, la puerta está abierta para realizarlo mientras practicas cualquier disciplina, incluyendo correr.
Y es que, después de todo, meditar tiene muchos beneficios demostrados: te calma, reduce el estrés, alivia la depresión y la ansiedad, ayuda a tolerar el dolor e incluso fortalece partes de tu cerebro. Es algo que se puede vincular a casi cualquier actividad de placer o hobby, puesto que la principal característica de estos es aislarnos de la rutina; a la vez puede potenciarlos, por lo que la conclusión es muy simple: ¡compatibilidad inmediata y beneficios asegurados!
Ahora bien, ¿cómo puedes practicar la meditación al correr? A continuación te damos una serie de recomendaciones al respecto:
1. RELÁJATE ANTES DE CORRER
Y para ello, puedes practicar una técnica de relajación que consiste en sentarse y respirar profundamente: inhala, contiene el aire por un breve momento, y exhala. Repite esto por unos cinco minutos en promedio, y podrás comenzar a correr más relajado. Y recuerda: si te es muy difícil hacerlo por cinco minutos, comienza por menos y ve practicando poco a poco.
2. FÍJATE COMO META RESOLVER UN PROBLEMA GRACIAS A LA CARRERA
Puede ser una pregunta de la que no tengas respuesta, una situación estresante o un desafío. Lo importante es que te mentalices en que durante la carrera hallarás la respuesta, sea cual sea.
3. RECITA UN MANTRA
Los mantras ayudan a meditar, por lo que no es mala idea recitar algunos mientras corres. No tienen que ser en un idioma diferente al tuyo, lo importante es que tengas tu frase y la digas sincronizando sus palabras con tus pasos.
4. SI TE DISTRAES, SIMPLEMENTE CUENTA TUS PASOS PARA VOLVER A LA MEDITACIÓN
Esta técnica te permitirá volver a concentrarte. No se trata de contar todos los pasos que realices, sino simplemente fijarte un número bajo determinado (siete, por ejemplo) y luego empezar a contar hasta llegar a él; cuando lo hagas, cuenta en retroceso. Haz esta operación cada vez que empieces a pensar en cosas que no tienen que ver con la carrera, y repítela las veces que sea necesario hasta que vuelvas a centrar tu atención.
5. CERCIÓRATE DE LO QUE TE RODEA
Y esto lo puedes hacer listando todo lo que percibes a través de los sentidos. Así es, no tiene que ser sólo por medio de la vista o el oído. Incluso puedes combinar dos o más sentidos e ir recitando, mientras corres, todo eso que te rodea. La meta con ello, como en casos anteriores, es evitar que divagues: lo importante es lo que estás haciendo en ese momento.
6. CONCÉNTRATE EN TU ALIENTO Y TU POSTURA
Puedes hacerlo contando las veces que inhalas, las veces que exhalas, o ambas inclusive; si te distraes, procura volver a enfocarte en ello y empezar de nuevo. En el caso de tu postura, evita los hombros caídos: mantenlos hacia atrás y el pecho en alto, ya que eso garantizará una mayor entrada de oxígeno al cuerpo.
7. ¡ACTITUD POSITIVA!
No es malo equivocarse, así como tampoco lo es divagar de vez en cuando. El error está en decepcionarse de uno mismo o rendirse cuando eso pase. Las ideas pueden aparecer cuando estás corriendo, y en ese caso sólo debes recordarlas para pensar en ellas más adelante. Lo importante entonces es tu carrera, y si tu mente te sabotea sólo debes ponerla en el carril de nuevo, con los ejercicios de concentración correspondientes. ¡Ve por la meta!
8. PERCIBE CON TU CUERPO Y OLVÍDATE DE TUS PIERNAS
Después de todo, tienes cuatro sentidos además del tacto, y muchas partes más con las que percibir la naturaleza que te rodea, por lo que no dudes en hacerlo. La interacción con el entorno hará que forjes una mayor conexión con él, lo que incidirá no sólo en tu habilidad para correr, sino también para recuperarte.
9. SÉ AGRADECIDO Y CELEBRA TU CARRERA
Recuerda que no todo el mundo cuenta con la bendición de poder correr; algunos ni siquiera pueden caminar. Similarmente, debes pensar en que tienes la oportunidad y no la obligación de hacerlo. Algo que también te ayudará será reflexionar sobre todo lo que pudiste ver en el camino ya que, después de todo, correr no es sólo una actividad de locomoción sino que debe ser visto como una experiencia sensorial que te permite reconocer lo que te rodea y ponerte en contacto con ello.