Partió el año y no comenzamos del todo, algo faltó. Nos fuimos de vacaciones y cambiamos las zapatillas por las hawaianas, dejando de lado el entrenamiento y para cuando nos dimos cuenta ya había llegado marzo y no sabemos por dónde retomar.
Lo primero y más importante, es no ponerse ansioso. A todos nos ha pasado y a menos que la inactividad se deba a una lesión que requiera acompañamiento profesional, poco a poco podemos ir volviendo a las pistas para recuperar el ritmo.
Si lo que sucedió fue que perdimos la motivación, debemos recordar cuáles fueron las razones que nos llevaron a empezar a entrenar, revisar las metas que nos propusimos en ese entonces y replantear los objetivos que queremos alcanzar. Si en algún momento logramos definir algo que nos impulsó a entrenar, volveremos a construir la rutina conectándonos con una idea concreta, ¿Una nueva marca? ¿Correr una distancia que no hemos hecho? ¿Quemar grasa? ¿Correr una carrera en otro país? Las alternativas son infinitas.
Ahora, si estuvimos mucho tiempo sin ponernos las zapatillas, no es llegar y salir a correr una maratón. Hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo estuvo un tiempo inactivo y hay que poco a poco activar los músculos y retomar el ritmo. Para esto, recuerda calentar un poco antes de cualquier ejercicio, para evitar salir con el cuerpo “frío” a correr. Además, es aconsejable no gastar todas esas ganas en una salida muy intensa que te dejará acalambrado al día siguiente, mejor dosifica dos salidas en la semana, para así volver a reencontrarte físicamente y redefinir la práctica. Una recomendación es sumar a alguien para que te acompañe. No solo se volverá un excelente excusa para no fallar, sino que también será más entretenido y motivante tener a alguien al lado que también está pasando por lo mismo que tú.
Bueno, y si estamos hablando de “no hago deporte desde que se me venció la inscripción al gimnasio hace seis meses”…¡Nunca es tarde! Lo que sí es importante en este caso, es considerar ver un especialista, consultar un kinesiólogo o volver al gimnasio a consultar un Personal Trainer para evitar a toda costa una lesión. Frecuentemente veo a personas que van y vienen con sus entrenamientos, porque les cuesta construir la disciplina que conlleva incorporar el deporte como un estilo de vida. Nadie ha dicho que es fácil, pero los beneficios son tantos que vale la pena todo el esfuerzo.