Los corredores saben que cada uno arma su rutina de entrenamiento en base a muchas variables, entre las cuales se encuentran la rutina de trabajo, los hábitos de estudio y los horarios de la familia, entre otras situaciones que influyen en la planificación diaria de ejercicio.
Sin embargo, muchos corredores coinciden en realizar sus entrenamientos en tempranas horas de la mañana. Esto no es casualidad, y se debe a la conjunción de varios factores que convierten a la mañana en la mejor hora para entrenar.
Los beneficios de correr en este momento del día son muchos y de diversa índole: comodidad, salud, eficiencia del entrenamiento, organización de la rutina diaria, y más.
A continuación, exploraremos cada una de estas razones que convierten a la mañana en la mejor hora para correr.
Despertar más fresco y activo
Comenzar el día con una sesión de entrenamiento puede ser muy beneficiosa, especialmente si eres de esas personas a las que les cuesta salir de la cama. Deberás juntar fuerzas para levantarte y dirigirte a tu lugar de entrenamiento. Correr por la mañana activará tu día y te llenará de energía para afrontar el resto de la jornada. Pero, cuidado: si tienes un día especialmente duro por delante, no exageres en tu entrenamiento. Hazlo sólo si dispones de un momento de descanso entre tu entrenamiento y el día de trabajo y ocupaciones. De lo contrario, arrastrarás el cansancio durante todo el día.
Aire más limpio y puro
Durante la noche, el tráfico de la ciudad disminuye, los humanos descansamos y la naturaleza puede cumplir con su labor de purificar el aire que respiramos. Si entrenas temprano por las mañanas, podrás disfrutar de un momento de aire limpio para llenar tus pulmones en tu entrenamiento. Cuanto más temprano sea, más puro estará el aire. Notarás la diferencia a medida que pasen las horas. Además, en verano la temperatura en este momento del día es la más agradable. Aprovecha antes de que salga el sol.
Mejor organización de la rutina diaria
Correr temprano por las mañanas te permitirá organizar el resto de tu día con normalidad. Así, levantándote un par de horas antes de lo que normalmente lo harías, podrás mantener tu rutina habitual sin cambios. Cuando entrenas por las tardes, generalmente tus otras obligaciones se ven interrumpidas o alteradas. Por eso, correr por las mañanas es una excelente manera de continuar con tus hábitos de entrenamiento sin sacrificar tiempo de tus otras actividades y responsabilidades. Para que las cosas funcionen deberás planificar tus días cuidadosamente, te aseguro que valdrá la pena.
El cuerpo puede rendir con mayor eficiencia
Si tomas un desayuno nutritivo antes de comenzar con tu entrenamiento, puedes sacar mayor provecho de tu rendimiento. Como siempre, ten en cuenta la hidratación correcta de tu cuerpo. Para que tu organismo pueda dar lo máximo de sí, es condición necesaria que hayas descansado lo suficiente. Si piensas salir a correr por la mañana, no te distraigas la noche anterior viendo televisión hasta altas horas de la noche, y evita las bebidas alcohólicas y las comidas pesadas.
Comienza el día con mejor humor
Como ya sabes, el ejercicio produce endorfinas, las cuales ayudan a inhibir las fibras nerviosas encargadas de la transmisión del dolor, logrando una disminución de la ansiedad e incrementando notablemente la sensación de bienestar. Comenzar el día con este tipo de reacciones químicas en tu cerebro, te ayudará a afrontarlo mejor, con mayor paz y tolerancia.
Cada persona debe organizar su rutina de entrenamiento según sus propias necesidades y obligaciones. Pero, mientras puedas, elige correr temprano por la mañana para poder obtener todos estos beneficios.