En cualquier momento de la vida, la actividad física es muy beneficiosa y en la etapa de pre y post parto lo es aún más.
Prevención de la preeclamsia, la diabetes gestacional y un parto más corto y con menos dolor son algunos de sus beneficios.
La bella etapa del embarazo trae consigo muchos cambios hormonales y físicos en la mujer y el mejor remedio para ellos es el ejercicio. “En el embarazo se pierde mucha masa muscular, las articulaciones se ponen más laxas, por lo que la mujer tiende a tener más accidentes. También está presente el riesgo de la preeclampsia, la diabetes gestacional y, el sobrepeso. Por otro lado, la espalda sufre un exceso de trabajo, ya que el centro de gravedad se va hacia adelante y, en paralelo, se produce un daño considerable en el piso pélvico, lo que puede traer consecuencias en el largo plazo con el control de esfínteres y en la vida sexual”, explica Francis Contador, profesora de Educación Física del centro de entrenamiento SpeedWorks y madre de dos hijos.
Dentro de los beneficios, los especialistas indican que lo más relevante es que mejora la condición cardiovascular y muscular, ayuda a la corrección postural y evita un aumento excesivo de peso. Asimismo, favorece un mejor retorno venoso, por lo que se previene la aparición de várices, hemorroides, molestias digestivas y estreñimiento. En el plano sicológico, aumenta la sensación de bienestar reduciendo la ansiedad, la depresión y el insomnio. Además, se produce un parto más rápido y con menos dolor, acelera el regreso al peso normal y a los niveles de fuerza y flexibilidad previos al embarazo, junto a una menor dimensión del vientre tras el nacimiento, entre otros beneficios.
Sin embargo, y pese a todos los efectos favorables del ejercicio en esta etapa, todavía persisten varios mitos sobre este tema. Algunos de ellos afirman que la actividad física en esta etapa puede ser peligrosa, que puede dañar al feto o que las toxinas que el ejercicio libera pueden ser absorbidas por el niño, entre muchas otras. “Hoy en día estos mitos han sido descartados. De hecho, una futura madre que siempre ha sido activa puede hacerlo desde el día uno y las sedentarias pueden hacerlo a partir de la 12ª semana, presentando certificado médico. En el caso de SpeedWorks, se mantiene nuestra metodología característica pero con ejercicios de bajo impacto y trabajando sólo con el peso corporal, y se está atento a cualquier señal en el estado de la alumna”, comenta la profesional.
En la etapa post parto se debe comenzar con el trabajo de recuperación diferenciando los partos normales con las cesáreas, porque en los primeros la mujer se recupera muy rápido, más o menos en un mes, mientras que en la cesárea el tiempo de recuperación dura en promedio tres meses. “Luego del nacimiento, la mujer sigue experimentando cambios hormonales, por lo que la vuelta al ejercicio físico debe ser muy pausada y tranquila, comenzando desde cero. Lo más importante en esta etapa es la recuperación de la musculatura y del piso pélvico, hay que calcular que en un año el cuerpo se recupera del todo”, concluye Francis Contador.